Hotel Palma Bellver , Affiliated by Meliá
Conocida por sus fiestas en la playa, su mar cristalino, sus complejos turísticos a pie de playa y sus discotecas, Mallorca es también un lugar donde puedes descubrir pequeños pueblos con historia antigua, escalar montañas de piedra caliza o admirar restos romanos y reliquias árabes.
Mallorca, pues, no es sólo la isla más grande del archipiélago balear, sino también un destino que atesora un espléndido patrimonio histórico, arquitectónico y natural. Las oportunidades aquí son muchas y cautivan a todo tipo de turistas.
Ideal para vacaciones en pareja, pero también para grupos de amigos en busca de diversión, Mallorca atrae también a familias con niños y a viajeros en busca de paisajes salvajes. La isla tiene unos 3.000 kilómetros cuadrados que pueden recorrerse de norte a sur en aproximadamente una hora en coche.
Sin embargo, a pesar de su pequeño tamaño, Mallorca siempre se las arregla para ofrecer algo nuevo que descubrir y nunca deja de sorprender. He aquí, pues, una miniguía de cosas que ver durante una estancia en la isla.
El descubrimiento de la isla de Mallorca sólo puede empezar en Palma, capital de toda la comunidad autónoma de las Baleares. Aquí puedes construir un itinerario de uno o dos días para descubrir los lugares más bellos, como la Catedral de Santa María, también conocida como La Seu. Esta magnífica iglesia gótica domina el mar y es famosa por su hermoso rosetón de 12 metros de diámetro que parece un enorme ojo.
Junto a la iglesia está el Palacio de la Almudaina, residencia de la familia real española cuando está en Mallorca. El corazón de la ciudad, sin embargo, es sin duda el Casco Antiguo, que cobra vida sobre todo por las tardes a la hora del aperitivo. Esta intrincada red de callejuelas y callejones se caracteriza por la presencia de edificios históricos, patios, numerosas iglesias y bares donde disfrutar de una tranquila cerveza.
Mallorca es famosa por sus hermosos pueblos, o pequeñas ciudades en las que aún perviven las tradiciones del pasado y donde puedes admirar destellos de vida auténtica. Alcudia se encuentra en la costa noreste de Mallorca y es uno de los lugares donde puedes combinar una visita cultural con la relajación en hermosas playas.
El centro històrico sigue rodeado de murallas medievales y renacentistas y alberga la Plaza de la Constituciòn, el corazòn de la ciudad. Paseando por sus estrechas calles podrás admirar elegantes palacios, la iglesia neogótica de San Jaume, el ayuntamiento de Alcudia y la Puerta del Muelle.
La zona del puerto es perfecta para comer algo, ya que alberga numerosos restaurantes de cocina local. A poca distancia del centro, sin embargo, puedes visitar las ruinas de la antigua Pollentia, que fue el primer asentamiento romano en la isla de Mallorca. Para relajarte un poco, además de la playa del puerto, puedes visitar la amplia playa de arena de Playa de Alcudia.
Valldemossa es uno de los pueblos más característicos de Mallorca, que se eleva a 1.064 metros de altitud en medio de verdes colinas. El pueblo empezó siendo una pequeña aldea rural que más tarde se desarrolló en torno a la iglesia de Sant Bartomeu. En el siglo XV se construyó aquí el Palacio Real de Valldemossa (Real Cartuja de Valldemossa), que más tarde fue donado por Jaime II a los monjes cartujos. Estos últimos transformaron el edificio en un monasterio conocido como la Cartuja de Jesús Nazareno. Con el tiempo, el monasterio atrajo no sólo a muchos fieles, sino también a muchos artistas, como el compositor polaco Frederic Chopin y su amante George Sand. La Cartuja de Jesús Nazareno es un complejo de estilo neoclásico con una iglesia de planta de cruz latina que alberga sobre el altar mayor la imagen de Santa Catalina Thomás, considerada la patrona de la ciudad.
Otra atracción es el Palacio Rey Sancho, construido por Jaime II a principios del siglo XIV, pero ampliado varias veces a lo largo del tiempo. En su interior se conservan perfectamente salas con frescos y numerosas obras de arte. Una visita a la ciudad puede continuar con el Monasterio de Miramar (Monestir de Miramar), que se fundó en 1276 para alojar a monjes franciscanos que aprendían lenguas extranjeras para luego ir a evangelizar los países árabes. Ahora el monasterio se ha convertido en un museo que cuenta la historia de este edificio y de su fundador Ramon Llull. Desde aquí también es posible admirar una panorámica realmente impresionante de los alrededores.
Como muchos otros pueblos de Mallorca, Valldemossa también tiene su propia salida al mar: el Port de Valldemossa. Este antiguo pueblo de pescadores goza de un ambiente del viejo mundo, con pequeñas barcas amarradas, casas antiguas y un tranquilo paseo marítimo.
Manacor es la segunda ciudad más grande de la isla y muchos la consideran la base perfecta para visitar Mallorca si quieres alojarte en un pueblo no demasiado pequeño, pero alejado del bullicio de Palma. Esta localidad está situada a lo largo de la costa este de la isla y cuenta con muchas playas bien equipadas para familias, así como calas más salvajes y aisladas.
El pueblo es especialmente conocido porque alberga la fábrica de perlas de Manacor (Perlas Majoricas), que se ha convertido en una de las atracciones más famosas de la zona. Perlas Majoricas, o Perlas de Mallorca, es una de las marcas españolas más famosas del mundo que produce perlas artificiales de la más alta calidad que reproducen la iridiscencia de las perlas naturales.
En la zona occidental de la isla de Mallorca, rodeado de numerosos cítricos y de la Sierra de Tramuntana, se encuentra el pintoresco pueblo de Sóller, a sólo 25 km de la capital. Durante años, a este pueblo sólo se podía llegar fácilmente por mar, ya que no había carreteras ni calles por tierra para atravesar las montañas que se elevan alrededor de la localidad.
No fue hasta el siglo XX cuando se construyeron primero un ferrocarril y luego una carretera para conectar Sóller con Palma de Mallorca. Hoy en día, todavía se puede llegar a la ciudad por la antigua vía férrea a bordo de un tren de época que atraviesa túneles y valles, ofreciendo maravillosas vistas de la Sierra de Tramuntana. Alternativamente, es posible llegar a Sóller en coche, a través de un trayecto evocador pero más rápido.
El pequeño pueblo tiene un ambiente tranquilo y hospitalario y se caracteriza por la presencia de pequeñas tiendas, boutiques y bares de tapas. El corazón de Sóller es la Plaza de la Constitución, donde se encuentra la Iglesia de San Bartolomé, un majestuoso edificio neogótico con una fachada que sorprende a todos los visitantes. Otras cosas que ver en la ciudad son el Museo Balear de Ciencias Naturales, con su magnífico Jardín Botánico, y el Museo Modernista Can Prunera.
Desde el centro de la ciudad, puedes tomar el Tranvía de Sóller hasta el Puerto de Sóller, que se encuentra en una bahía protegida a lo largo de la costa de la isla. Aquí aún encontrarás el puerto, que durante años fue el punto de acceso a la ciudad, pero también el lugar desde el que partían las embarcaciones de muchos comerciantes. Además de pasear por las estrechas calles de este pueblo y saborear su ambiente tranquilo, podrás admirar la Torre Picada, una torre del homenaje construida en 1561 con fines defensivos y que ahora es un símbolo del pueblo. También hay algunas playas preciosas en Port Soller, como la Playa de Es Trves, la playa del pueblo con muchos servicios, bares y restaurantes, y la Playa d’en Repic, que, al estar más alejada del centro y ser sólo accesible a pie, es más tranquila.
Pollença es una ciudad de origen medieval cuyo centro está situado a unos 7 km de la costa, rodeado por las colinas de la Serra de Tramuntana. En realidad, el nombre de la ciudad deriva del antiguo asentamiento romano de Pollentia, cuyo centro se encontraba entonces a pocos kilómetros de la actual Pollença. Tómate tu tiempo para explorar el centro de la ciudad, con sus estrechas calles empedradas, sus casas de piedra y sus antiguas iglesias. No te pierdas una visita a la Plaça Major, donde se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, construida por los templarios en el siglo XIII.
Otros lugares que merecen una visita son el Claustro de Santo Domingo, el colegio de los jesuitas y el Calvario, una escalera de 365 peldaños que ofrece un mirador realmente impresionante. Como muchas otras ciudades de la isla, Pollença también tiene un centro histórico en el interior y una zona portuaria a lo largo de la costa. El Port de Pollença es la localidad costera que hoy se considera un destino popular para muchos turistas y especialmente para familias con niños, que aprecian mucho tanto las playas como las instalaciones de la ciudad.
Una de las visitas obligadas en Palma es el Castillo de Bellver, situado en lo alto de una colina a 112 metros de altura. La construcción del castillo se remonta al siglo XIV a instancias del rey Jaime II de Mallorca. Construido en estilo gótico, es uno de los pocos castillos circulares de Europa.
La fortaleza fue primero residencia real y luego prisión militar, y ahora alberga el Museo de Historia de la ciudad. También merece la pena visitarlo por el hermoso panorama que se disfruta desde allí arriba sobre toda la zona circundante. Se puede llegar al lugar cómodamente en coche o a pie.
Mallorca es un destino para todo el mundo porque abarca hermosas playas, ciudades históricas y también montañas. En concreto, la Sierra de Tramontana es una cadena montañosa de la isla que fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2011. La Sierra de Tramontana se extiende de norte a sur, es decir, desde Sant’Elm hasta el Faro de Formentor, y recorre la costa noroeste creando paisajes únicos y hermosos.
Aquí podrás admirar las montañas que se sumergen en el mar, hasta el punto de que la famosa playa de La Calobra también pertenece a la Sierra de Tramontana. Además de ser una cadena montañosa, la Sierra de Tramontana es también una comarca, es decir, una subdivisión territorial que incluye varios municipios en su interior y cuenta con más de 100.000 habitantes.
Hace años era un entorno salvaje, pero las poblaciones locales han sabido aprovechar sus características y así se ha creado una zona que sabe combinar en su interior los entornos de montaña, mar y agricultura. En concreto, las tierras dedicadas a la agricultura se caracterizan por los bancales, los molinos, las construcciones de piedra seca y el cultivo del olivo, la vid, el almendro y el naranjo.
Las zonas montañosas, por su parte, son ideales para los amantes de las actividades al aire libre. Puedes descubrir estas zonas a pie o en bicicleta gracias a los numerosos caminos y senderos de longitud y dificultad variables. El pico más alto de la cadena es el Puig Mayor, que, con 1.436 metros, es también el pico más alto de Mallorca y de todas las Baleares.
Si buscas un lugar para contemplar la puesta de sol en Mallorca, el faro del cabo de Formentor es sin duda uno de los sitios adecuados. Situado en el extremo del cabo del mismo nombre, el Faro de Formentor se alza al final de la salvaje lengua de tierra que va desde la Sierra de Tramuntana hasta el mar, desarrollándose entre calas, salientes y terrazas naturales. El faro se encuentra en el punto geográfico más septentrional de toda Mallorca, y para llegar a él hay que conducir por una carretera estrecha e intransitable.
La zona cuenta con paisajes diversos, como acantilados escarpados, pequeñas bahías (como Cala Formentor) y bosques con vegetación de maquis. En las horas centrales del día, el tramo final de la carretera hasta el faro está cerrado al tráfico y desde la barrera es posible utilizar los autobuses lanzadera o llegar al lugar a pie.
Mallorca no sólo posee un bello patrimonio histórico y natural en la superficie, sino también en sus profundidades submarinas. Al ser una isla kárstica, la acción del agua ha modelado magníficas cuevas submarinas a lo largo de millones de años y ha creado espectaculares complejos de estalactitas, estalagmitas y lagos subterráneos.
Una de las cuevas más famosas es sin duda la Cuevas del Drach, o «cueva del dragón», que en realidad es un complejo de cuatro cuevas conectadas de varios kilómetros de longitud. También hay un lago subterráneo en esta zona, el lago Martel, que tiene unos impresionantes 115 metros de largo y 30 metros de ancho. Esta masa de agua alberga a menudo conciertos y actuaciones especiales de música clásica. Otras cuevas famosas son la Cova Tancada o la Cova del Pilar.
El Rafa Nadal Museum Xperience es un museo que atrae a los aficionados al tenis y mucho más. En su interior podrás recorrer la carrera del gran campeón de tenis Rafael Nadal Parera, conocido como Rafa, que nació en Mallorca el 3 de junio de 1986.
Entre las salas se pueden admirar los mejores momentos de la carrera deportiva de Rafa Nadal desde que empezó a jugar al tenis de niño en Manacor hasta hoy. Además de numerosas copas y medallas, también hay varias raquetas y numerosos accesorios utilizados por el gran tenista.
El museo también ofrece experiencias interactivas y permite a los visitantes poner a prueba sus habilidades con simuladores de algunos de los deportes más populares. Aquí, de hecho, es posible practicar diferentes deportes como el tenis, el remo, la Fórmula 1, ¡y muchas otras actividades en un entorno innovador y tecnológico gracias a varias plataformas de realidad virtual!
Poca gente lo sabe, pero Mallorca es una isla rica en parques y reservas naturales. Uno de los más famosos es el Parque Natural de S’Albufera, de gran interés natural por la biodiversidad que alberga. En realidad, se trata de una antigua laguna separada del mar por una serie de dunas que aún se puede explorar a pie o en bicicleta.
Otra zona virgen es el archipiélago de Cabrera, que cuenta con uno de los mejores fondos marinos del Mediterráneo. También merecen una visita el Parque de la Dragonera y la Reserva de Mondragò, formada por dunas, torrentes, depósitos marinos coralinos y bosques de manglares.
Mallorca es famosa por sus hermosas playas. Aquí puedes encontrar largas playas de arena, pequeñas bahías, calas rocosas y también costas de arena salvajes y escondidas. Tanto si quieres una costa con servicios como una playa libre, Mallorca puede satisfacer todas tus necesidades. La característica que une a todos estos lugares es el mar cristalino y transparente .
Entre las playas más concurridas y con más servicios están la bahía de Pollença, la playa de Palma o la playa de S’Arenal. Los que busquen zonas más tranquilas, en cambio, pueden visitar Port de Sóller, Cala Mondragó o Cala Mitjana.
En el siguiente mapa puedes ver la ubicación de los principales lugares de interés de este artículo.
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