Mercado del Rastro

Una cita ineludible de los domingos en Madrid es el Mercado del Rastro, el mayor mercado al aire libre de la capital española.

Amado por los madrileños, este antiguo mercado, cuya fundación se remonta al siglo XV, ha corrido el riesgo de ser cerrado en varias ocasiones, pero ha resistido e incluso se ha expandido a pesar de las restricciones impuestas por la administración municipal, que ha intentado en varias ocasiones regular el mercado.

Se ha expandido a pasos agigantados, de forma totalmente irregular, y hoy cuenta con un número indefinido de puestos, probablemente más de mil, donde se puede comprar realmente de todo.

Si te encuentras en Madrid durante el fin de semana, no pierdas la oportunidad de sumergirte en el animado ambiente de este gigantesco mercado. Piérdete entre la multitud y déjate aturdir por los vivos colores de las mercancías a la venta y el bullicio de vendedores y compradores.

Puedes poner a prueba tus dotes de regateo -negociar los precios es una práctica habitual- y terminar el día con unas tapas y una cerveza en un bar típico de la zona.

Qué comprar en el Mercado del Rastro

El Mercado del Rastro es conocido como el rastro de Madrid, pero hoy en día la mercancía a la venta ya no se limita a artículos de segunda mano.

Sigues encontrando muchos puestos de muebles, ropa, discos y libros usados, así como chucherías varias y antigüedades valiosas, pero a ellos se han sumado puestos de ropa nueva, complementos, frutas y verduras, material eléctrico, souvenirs y todo tipo de objetos, útiles e inútiles.

También se da espacio a la artesanía y el arte: toda una calle está dedicada a la venta de cuadros y materiales de pintura.

Dónde se celebra el mercado del Rastro

El mercado del Rastro tiene lugar todos los domingos y festivos de 9 a 15 h en el popular barrio de La Latina, una de las zonas históricas del centro de Madrid.

El centro neurálgico del mercado es la plaza de Cascorro, mientras que entre las calles que ocupan los puestos de los vendedores podemos nombrar sin temor a equivocarnos Toledo, Embajadores, Ronda de Toledo, San Cayetano, Fray Ceferino González, Carlos Arniches, Mira el Río, calle Ribera de Curtidores, Rodas y las plazas General Vara del Rey y de Campillo del Mundo Nuevo.

Sin embargo, es imposible elaborar una lista precisa de las calles afectadas porque el Mercado del Rastro ocupa una zona muy extensa, con límites poco claros y en constante evolución.

Cómo llegar

Si quieres viajar en metro, puedes bajarte en tres paradas diferentes cerca del Mercado del Rastro: Tirso de Molina (L1), Embajadores (L3) y Latina y Puerta de Toledo (L5); alternativamente, puedes llegar en autobús o en tren regional (estación de Embajadores).

Hoteles cerca del mercado del Rastro

El mercado del Rastro se encuentra en la Plaza de Cascorro. En esta pequeña plaza, poco más que un cruce entre dos calles, encontrarás no menos de 6 alojamientos, por lo que es fácil encontrar un lugar donde dormir cerca de esta interesante atracción madrileña. También a poca distancia está el barrio de La Latina, con su cómoda parada de metro, mientras que otra alternativa inteligente podría ser dormir en la zona de la Plaza de Tirso de Molina, un pequeño pulmón verde con una parada de metro adyacente.

Curiosidad

El «rastro» que da nombre al mercado es el rastro de sangre que dejan en el suelo los animales sacrificados en los mataderos del barrio que ya no funcionan.

El Mercado del Rastro se menciona en muchas obras de la literatura española: entre los autores que rindieron homenaje al popular mercado en sus obras figuran Cervantes, Covarrubias, Armesto y Casto.

Cuidado con los carteristas

Por desgracia, los carteristas no escasean en Madrid, y los mercados les brindan una excelente oportunidad para robar sin ser vistos.

Durante tu visita al mercado del Rastro, o a cualquier otro mercado de Madrid, mantén el bolso bien cerrado y agarrado a ti, habla sólo con los dueños de los puestos y no hagas caso a quienes se te acerquen ofreciéndote gangas fabulosas. Ten cuidado también con los objetos de valor.

¡Pequeños trucos y un poco de cuidado son suficientes para no arruinar tus vacaciones!