Hotel Marsol
La Costa Brava es una región costera mediterránea del norte de España, situada en la provincia de Girona. Se extiende desde Blanes, a 60 kilómetros de Barcelona, hasta la frontera francesa. En la década de 1950, con la aprobación del gobierno español, la Costa Brava experimentó un gran desarrollo turístico, con la construcción de numerosos hoteles, residencias e instalaciones para acoger a veraneantes de toda Europa, especialmente del Reino Unido y Francia.
La combinación de un clima estival casi perfecto, una naturaleza intacta y excelentes playas ha hecho de la zona una de las más desarrolladas turísticamente del país. La Costa Brava alberga parques naturales, playas, pueblos pesqueros tradicionales, jardines botánicos, museos y monumentos históricos, lo que la convierte en un destino realmente completo, junto con las muchas oportunidades de ocio que ofrecen localidades como Lloret de Mar o Tossa de Mar.
Las ciudades de la Costa Brava son en realidad pequeños pueblos que se han expandido en los últimos años con numerosos hoteles, apartamentos, residencias y actividades relacionadas con el turismo.
En Lloret de Mar, la vida playera gira en torno a sus cinco playas principales, todas ellas galardonadas con la Bandera Azul. La Platja de Lloret, de 1,5 km de longitud, es el corazón palpitante del complejo, con todo tipo de servicios y deportes acuáticos. Las más apartadas Platja de Fenals y Cala Boadella ofrecen aguas cristalinas y un ambiente más relajado, mientras que Sa Caleta y Platja de Santa Cristina son pequeñas joyas naturales ideales para practicar snorkel.
El complejo cuenta con una amplia oferta de alojamiento, desde resorts con todo incluido hasta apartamentos turísticos. El paseo marítimo está repleto de bares, restaurantes y discotecas, lo que la convierte en la capital del ocio de la Costa Brava, con algunos de los precios más competitivos de la costa.
Tossa de Mar ofrece una espectacular playa principal, Platja Gran, enmarcada por murallas medievales, con arena dorada y aguas poco profundas ideales para familias. Mar Menuda y Cala Pola son calas más íntimas con fondos ricos en peces, mientras que hermosas calas a las que sólo se puede llegar por mar o a pie, como Cala Bona y Cala Futadera, ofrecen intimidad y naturaleza virgen.
El ambiente es más refinado que en Lloret, con un turismo de calidad orientado a la relajación. Los hoteles boutique en antiguas casas de pescadores y los resorts de playa atraen a los visitantes que buscan una experiencia auténtica.
En Cadaqués, la playa principal, Es Llané Gran, se caracteriza por sus guijarros, típicos de esta zona rocosa. Las verdaderas joyas son las numerosas calas escondidas, como Sa Conca, Ses Oliveres y Portlligat, accesibles a pie por senderos panorámicos. Es Ros y S’Alqueria ofrecen aguas cristalinas perfectas para practicar snorkel.
El ambiente es bohemio y sofisticado, con precios superiores a la media. Los hoteles son pequeños y pintorescos, a menudo alojados en casas tradicionales, mientras que los restaurantes junto al puerto sirven excelente pescado local.
Al norte de Cadaqués está el Cap de Creus: el paisaje de esta playa inspiró a Salvador Dalí, cuya casa de Port Lligat está a pocos pasos del mar. El agua es turquesa y las rocas forman piscinas naturales. Está situada en el punto más oriental de España.
Begur es conocido por algunas de las calas más bellas de la Costa Brava, cada una con su propio carácter distintivo. Sa Riera ofrece una larga playa de arena con todos los servicios, mientras que Aiguablava es una bahía perfecta de aguas turquesas. Sa Tuna y Fornells son pequeñas joyas enclavadas entre las rocas, y las más salvajes Aigüafreda y Platja Fonda son paraísos naturales para quienes no teman unos cuantos escalones. Un poco más al sur de Begur está la playa de Tamariu: es ideal para familias y aún no está muy desarrollada, y también hay excelentes restaurantes de playa donde disfrutar de pescado fresco.
El turismo en Begur se caracteriza por un ambiente elegante y reservado, con villas privadas y hoteles con encanto. Los precios son de los más altos de la costa, pero la calidad está garantizada, desde restaurantes gourmet hasta bares lounge con vistas al mar.
Blanes recibe a los visitantes con S’Abanell, una de las playas más largas de la Costa Brava, de más de 2 kilómetros, con todo tipo de servicios y deportes. Platja de Blanes es ideal para familias por sus aguas poco profundas y arena fina, mientras que Sant Francesc y Cala Bona son calas más tranquilas con espectaculares vistas de la costa.
La estación ofrece una excelente relación calidad-precio en sus alojamientos, desde hoteles a campings. La vida nocturna es animada pero no excesiva, y el paseo marítimo ofrece numerosos restaurantes de marisco a precios razonables.
L’Escala destaca por sus playas para todos los gustos: Platja de Riells es un largo arenal perfecto para familias, mientras que Cala Montgó es una bahía resguardada de aguas tranquilas y poco profundas. Las playas de Portitxol e Illa Mateua son paraísos para practicar snorkel, y la zona de Empúries combina arena dorada y encanto histórico.
El complejo mantiene un ambiente tranquilo y familiar, con predominio de apartamentos turísticos y camping de calidad. Los precios son moderados y la gastronomía excelente, sobre todo para los amantes del pescado y las famosas anchoas locales.
Roses se abre a una bahía espectacular con la majestuosa Platja de Roses, inmensa e ideal para dar largos paseos y practicar deportes acuáticos. Canyelles y Almadrava son amplias playas de arena dorada y completas instalaciones, mientras que las calas salvajes de Montjoi, Murtra y Rustella, en el Parque Natural, ofrecen un paisaje impresionante.
Platja de la Punta es un paraíso para los windsurfistas. La localidad ofrece una amplia gama de alojamientos para todos los bolsillos, y el paseo marítimo está repleto de restaurantes y bares que sirven excelente pescado local.
Un poco más al sur de Roses, Platja de Empuriabrava es una playa con Bandera Azul, una de las mayores de la Costa Brava y al mismo tiempo una de las más ventosas.
Palamós alberga algunas de las playas más auténticas de la Costa Brava. La Platja Gran es una amplia extensión de arena dorada con todas las comodidades, mientras que La Fosca es una bahía resguardada de aguas tranquilas, perfecta para familias. Cala Margarida y Cap Gros seducen con sus aguas cristalinas, y la zona de Castell conserva una de las últimas playas vírgenes de la costa.
La ciudad conserva su alma de pueblo costero, y ofrece hoteles y apartamentos a precios razonables. El ambiente es más auténtico y menos turístico que en otros lugares, y los restaurantes junto al puerto atraen a gourmets de toda la región para probar la famosa gamba roja local.
Sant Feliu de Guixols ofrece una bahía perfectamente protegida con una de las playas urbanas más acogedoras de la Costa Brava. La Platja de Sant Feliu se extiende a lo largo de más de 800 metros con arena dorada y aguas tranquilas, ideal para familias con niños. Las calas de Port Salvi y Cala Vigatà son pequeños paraísos a los que se llega por el Camí de Ronda, mientras que Sant Pol, a pocos minutos del centro, sorprende por su ambiente elegante y su arena fina.
Entre Sant Feliu de Guixols y S’Agarò está la pequeña Sa Caleta: es una playa de sólo 15 metros de largo y 5 de ancho, y su símbolo indiscutible es el magnífico castillo medieval construido sobre los acantilados que dominan la playa.
El pueblo conserva una autenticidad catalana que lo distingue de los complejos más turísticos, con una oferta de apartamentos a precios moderados y hoteles familiares. El paseo marítimo y el casco antiguo albergan excelentes marisquerías y restaurantes tradicionales, mientras que el mercado municipal es un centro neurálgico de la gastronomía local.
En el siguiente mapa puedes ver la ubicación de los principales lugares de interés de este artículo.
La Costa Brava permite a todo el mundo vivir unas vacaciones ideales. Por tanto, elige la zona donde dormirás en función de tus deseos. ¿Quieres disfrutar de la vida nocturna? Dirígete sin dudarlo a Lloret de Mar. ¿Buscas un ambiente más recogido y relajado? Dirígete a Blanes, en el sur, o a Tossa de Mar o Palamòs, más al norte.
Sea cual sea tu destino, debes saber que en la Costa Brava encontrarás alojamiento para todos los gustos: desde resorts de playa de cinco estrellas hasta pequeños apartamentos en centros históricos. Entre medias, te espera una plétora de hoteles, apartahoteles, residencias y bed and breakfasts. Elige con cuidado en función de tu presupuesto y del tipo de vacaciones que quieras hacer.
La Costa Brava tiene una puerta de entrada «oficial»: es el aeropuerto de Girona, histórico bastión de Ryanair. Aunque ya han pasado los días en que registraba unos 5-6 millones de pasajeros al año, debido a las políticas internas de la compañía que han desplazado gran parte de su tráfico al Aeropuerto Internacional de Barcelona, sigue siendo una excelente base de llegada.
Como alternativa al aeropuerto de Girona, considera siempreel aeropuerto de Barcelona: con un coche de alquiler puedes llegar a la Costa Brava en 40-70 minutos, dependiendo por supuesto de dónde hayas elegido alojarte.
Si, por el contrario, ya estás en España y quieres llegar a los balnearios de la Costa Brava, confía en los autobuses limpios y puntuales combinados con los trenes de alta velocidad españoles (AVE), que paran en las estaciones de Girona y Figueres. Una vez fuera del tren, en ambas ciudades prácticamente en el lado opuesto de la estación de tren está la estación de autobuses, desde donde salen autobuses a numerosas horas del día hacia todos los principales centros turísticos costeros.
La Costa Brava representa el tramo costero septentrional de Cataluña, es decir, el que va desde la frontera francesa aproximadamente hasta Barcelona, aunque la frontera sur nunca está perfectamente definida.
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